Este es el títular de un artículo aparecido esta semana en la revista The Economist dedicado a España y su presidente. Haciendo referencia a su retranca gallega, el semanario se pregunta si Rajoy no nos quiere decir si sube o baja las escaleras, o simplemente no lo sabe. La duda es generosa y yo se la respondo al semanario...D. Mariano no tiene ni idea de a donde va...y Arriola menos. El artículo reparte generosamente mamporros entre la clase dirigente española, esmerandose muy especialmente en la figura de nuestro Jefe de gabinete; pero no dice en ningún momento -como erronea y pienso que torticeramente se ha publicado por varios medios nacionales- que la situación española vaya camino de caer en una espiral de la muerte, a la griega; tampoco dice que esa sea la opinión de la revista -lo cual sería preocupante, pues tiene un ratio de aciertos del 50% en sus augurios- sino que se limita a transmitir que hay algunos especialistas que opinan así. La diferencia es grande. Dicho esto, si es cierto que se dedica a dar caña de la buena al mono -y con razón- por lo mucho que dice que va a hacer y lo poco que hace en realidad (de verdad de verdad, hasta el momento solo la reforma laboral y la subida de impuestos); por ir siempre a remolque de la situación, esperando que el tiempo resuelva los problemas y tomando las decisiones solo cuando estos explotan en las manos (vg. la reforma bancaria tras el affaire Bankia); y por poner los intereses ppistas por delante de los nacionales, como ocurrió con el retraso en el presupuesto del 2012 para no entorpecer las elecciones andaluzas, y como esta ocurriendo ahora con su decisión sobre el rescate, para no entorpecer las elecciones de Feijoo. Se pregunta la publicación además si Rajoy se atreverá a reformar el estado de las autonomías, y las pensiones; dos puntos clave para la viabilidad económica de España. Esa también se la respondo yo; no lo hará hasta que no se encuentre con el agua a nivel barba llegandole a la nariz...es decir...tarde; y lo hará con la puntita nada más y a regañadientes...es decir...mal