miércoles, 12 de junio de 2013

Tribunales populares

Pasados ya unos lustros desde la implantación del jurado; y demostrada en su -cierto es que limitada- utilización, que los juicios populares arrojan más sombras que luces sobre la supuesta imparcialidad de la justicia; aparecen ahora -alimentados por internet y las nuevas tecnologías - los telejuicios de última generación. Aquellos en que... se cogen un par de casillas, y se colocan delante del oficinista de 9 a 5 que esta ojeando la Vanguardia en la red, para que marque si el Duque de Palma ha defraudado o no a Hacienda -que somos todos- con el caso Nóos;  delante del jubilata, otro par que casillas para que diga si el Sr. Griñan se lo ha llevado crudo con las subvenciones de los ERE en Andalucia; y, delante del estudiante de ADE, las casillas de turno para que juzguen si Isabel Pantoja ha tenido arte y parte en los desmanes de su amante novio Julián Muñoz. En otras palabras...se pregunta al señor de la calle Leganitos, que en la mayoría de los casos no tiene otra información sobre el tema que cinco titulares de prensa mal leidos y once breaking news mal oidas- es decir, ni pajolera idea- si condena o no a alguien; independientemente  de lo que digan los cientos de miles - digo bien- de folios que la instrucción del caso en cuestión conlleve...¡que eso es solo paja!..y de lo que opinen juez y fiscal. El señor o la señora que ojea el Mundo en su ordenador, o el País en su smartphone, no tiene ningún reparo en emitir veredicto...culpable o inocente...y ya tenemos instaurada una nueva forma de justicia popular... cuando no de linchamiento. O al menos, una nueva forma de presión sobre la justicia...¡por si había pocas!. ¿La culpa?...de los medios.