Inflación y pensiones

La inflación ha aparecido como un nueva amenaza para nuestra cesta de la compra en Mercadona y para nuestras tablas macroeconomicas en Eurostat. Lo es, porque una inflación contenida es requisito casi imprescindible para hacernos ganar competitividad dentro de Eurolandia; pero el peligro más inmediato de este repunte lo supone empero, el que lleva aparejado de forma automática -a no ser que el gobierno tenga a bien decidir lo contrario - un ajuste de cuentas de las pensiones pasadas y futuras. Solo este ajuste significaría zamparse, de un bocado grande, todo el incremento en ingresos que suponga el último aumento de IVA...lo que es...sencillamente... inaceptable. Ya he dicho en alguna ocasión que no es de recibo el hecho de que los pensionistas hayan pasado durante esta crisis, de ser el colectivo más desfavorecido de nuestro país, al extremo totalmente opuesto, osea, que con ellos no va todo esto, ya que sus pensiones mantienen siempre su poder adquisitivo y las reciben aunque todo a su alrededor esté hecho una escombrera. Esto es así por una sola razón... que no es otra que el Sr. Rajoy, en aquellos tiempos en que era poco leal oposición, atacó al PSOE 172 veces en el Congreso -y 233 fuera de él- como antisocial por haber congelado las pensiones; al tiempo que repetía 743 veces - sin contar las que lo hacía en privado- que él las mantendría una vez en Moncloa. Sabe perfectamente el Sr. Presidente que retocarlas supondría dar carnaza de la buena a Elena Valenciano y tropa;  y además, la perdida de la poquísima credibilidad que sus promesas tienen; pero sabe también muy requetebien -pues tonto no es- que esta medida sería magnificamente acogida por los mercados, Europa, Schäuble, laTroika y todos los demás que importan a la hora de prestarnos el dinero que no tenemos. A pesar de ello, el ejecutivo, parece seguir encastillado en su Álamo particular, dispuesto a no retocar el sistema y a recurrir a las Reservas de la Seguridad Social si es menester. Pues bien...Sr. Rajoy... por una simple cuestión de justicia y por muchas razones económicas, las pensiones - con excepción de las mínimas- tienen que ser ajustadas... si o si; pues están pasando de ser signo de solidaridad a una clara muestra de lo contrario; especialmente con todos aquellos parados a los que se les reduce su prestación, con todos aquellos discapacitados dependientes que se están quedando sin la idem y con todos aquellos trabajadores que ahora pagan impuestos para mantener un sistema de pensiones, que - por estar basado en el reparto y no len a capitalización- saben con un 100% de certeza, que en unos años, cuando a ellos les toque la vez -que será tarde- les va a dar poco más que una palmadita en el hombro por los servicios prestados.