miércoles, 17 de octubre de 2012

Diez años de Prestige

Han pasado 10 años desde el nunca mais del chapapote y finalmente se abre el juicio por el caso del Prestige. Mi primer pensamiento me imagino que es el de muchos... No es de recibo que un juicio -sea de la envergadura que sea y necesite la investigación que necesite- tenga lugar ¡diez años después! de los eventos que se juzgan. Y ello me lleva a preguntarme... por qué será que entre los políticos que nos representan y también los que no nos representan, nadie -que yo recuerde- habla entre sus promesas electorales de... agilizar la justicia. Los procedimientos judiciales de años, lustros y decadas (digo bien) deberían ser inasumibles por la sociedad civil por su altísimo coste humano, social y económico; de la misma forma que lo son las listas de espera en los hospitales; pero...a diferencia de estas últimas... hay una extraña resignación en el señor de la calle ante la idea de que la administración de la justicia es lenta y...que eso es lo que hay. La realidad no tiene porque ser esa. En cualquier otro país de nuestro entorno, las decisiones de los tribunales se toman en plazos no siempre de dos semana, pero si siempre mucho más razonables que los de nuestra España. El estado debería preocuparse menos por regular nuestras vidas con un interminable catálogo de leyes que atentan contra nuestra libertad individual, y poner un poquito más de interés en conseguir agilizar la justicia...esa si que es su obligación.