viernes, 30 de noviembre de 2012

Palo al mono que es de goma

Considerando que no nos iban a poner condiciones para rescatar a nuestro sector bancario... las impuestas no están mal. Venta de bancos; reducción de sucursales; recorte de plantillas; quita para los ahorradores; limitación al crédito...repito...no está nada pero que nada mal. Ya sabiamos que en este mundo en que vivimos nada hay gratis total, y que lo que no se paga en dinero se paga en especie...pero aqui...en este caso... se paga en dinero del contante y sonante. En concreto... lo pagan casi todo los ahorradores -pequeños ahorradores fundamentalmente- que bien con la caida del valor de sus acciones o con las quitas confiscatorias que van a sufrir en su deuda subordinada se llevan el premio gordo de las perdidas. También lo empleados hacen de piñata, pues van a tener que aguantar despidos mil -es decir 15.000- y jubilaciones masivas. Las directrices marcadas desde Bruselas dejan sin valor cualquier estrategia que localmente se hubiera diseñado por McKinsey o AT Kerney para el relanzamiento de los bancos.  Lo cual, es por un lado bueno, ya que no se deja influir por elementos que podríamos llamar político sentimentales, sino que busca le estricta eficiencia económica; pero por otro lado es malo, ya que en la distancia, es dificil sopesar todos los pequeños y no tan pequeños elementos locales que entran en juego, además de no valorarse externalidades tales como el enorme coste social de la operación. Esta distancia, con su aséptica neutralidad y con sus insuficiencias, también se puede oberservar en el decálogo de recomendaciones que la OCDE -de la mano de Angel Gurría- nos ha dejado sobre la mesa del ministro de Guindos en su última excursión a Madrid; en él, se entremezclan propuestas serias con simples buenos deseos, obviedades de manual, y recomendaciones claramente desafortunadas; que demuestran una visión alejada y un desconocimiento al detalle de todas las aristas de nuestra economía.