lunes, 18 de junio de 2012

Bruce

Es cierto que Bruce lo tiene ya muy hecho desde antes mismo de pisar el escenario; es así por que sus miles de seguidores - fauna variopinta de todo tipo y pelaje, mayormente tirando a madura - le quieren un montonazo y acuden al Bernabeu totalmente entregados desde el primer acorde; convencidos ya antes de salir de casa, de que van a confraternizar y pasar un rato inolvidable con el Jefe. Pero la entrega tiene su razón de ser, por que... es mutua; el Boss se vacia y lo da todo en sus casi cuatro horas de concierto, hasta acabar tan roto y desgajado como su voz. La primera parte de la noche la dedica fundamentalmente a temas de su Wrecking Ball, que para mi dista de ser lo mejor de su discografía, lo cual no empece que nos guste mucho; pero hay que esperar a entrada la madrugada para que ataque sus temas más celebrados y conocidos. Canciones como The river, Thunder Road, Because the night, Born in the USA y muchas, muchas más para éxtasis y agotamiento de un público que no para de bailar y saltar mientras el cuerpo aguante. La e band...soberbía, aunque se echa mucho de menos al carismático Big Man; a quien se rindió tan merecido homenaje; mención especial especial para  Max Weinberg; un bateria inconmensurable e inagotable. Sin llegar al paróxísmo de su histórico concierto del año 87 en el Calderón, que sus seguidores tenemos grabado a fuego en nuestra memoria musical; este,  no ha desmerecido en lo más mínimo,  excepto por la acústica, que es manifiestamente mejorable. Pero mejor la calidez del Bernabeu con mala acustica que la desangelada Peineta para estos encuentros multitudinarios de amigos.