viernes, 29 de junio de 2012

La Hidra europea

En estos  momentos de zozobra y  exigencias presupuestarias, en los que los Leviatanes estatales y sus epígonos regionales, tienen que hacer una especie de encaje de bolillos, pero en más complicado, para intentar llegar a fin de mes; vemos como paradojicamente, ese monstruo frio y policéfalo que es la Unión Europea, no deja de ganar arrobas como si de un cebón se tratase. La Hidra europea nos exige una liposucción drástica mientras ellos rompen carnes y rebosan manteca hasta por las orejas, y lo que es más importante, sin saberse muy bien que es lo que hacen en su canonjía, aparte naturalmente de decirnos que todavía tenemos que perder peso al tiempo que ellos construyen Europa. Para muestra bien vale un botón; y yo me juego una cena seguida de baile, a que nadie es capaz de decirme, cuales son los papeles concretos, y las atribuciones, del presidente de la Comisión Europea el Sr. José Manuel Barroso, el presidente del Eurogrupo el Sr. Jean Claude Junker, y el presidente del Consejo Europeo el Sr. Herman Van Rampuy. Me atrevo a ir más allá y me pregunto ..¿ es qué tener a uno de ellos en lugar de los tres no sería suficiente ? ¿ incluso conveniente ? Pero no hay político que lo cuestione, ni tampoco que se demande que es lo que hacen los miles de burócratas que trabajan para ellos, con sueldos que no son precisamente de pan llevar sino de esos que por estas tierras mesetarias de mileurismo y paro ni se sueñan, y además... libres de impuestos. Para que no haya excusas, lo ponemos más fácil y no hace falta que nos aclaren lo que hacen  - por que esos ya lo sabemos - los 600 miembros del Parlamento Europeo en mi bella ciudad natal de Estrasburgo; que es nada o casi nada, aparte de verse un día a la semana para darle al palique, arreglar el mundo como si estuviesen en un casino de provincia y votar propuestas sin valor legal. Pero, dadas las circunstancias, es hora ya de que se nos explique - tampoco pedimos mucho detallle - a qué se dedica ese ejercito de paniaguados que han llevado la renta per capita de Bélgica a ser la segunda más alta de Europa.