martes, 19 de junio de 2012

Es que la abuela fuma...

Se trata de repetir 60.000 veces  - siguiendo el dictum de Bernd Marx en Un mundo feliz - que somos unos incomprendidos, que nos quieren mal, que los mercados son caprichosos, que los mercados están nerviosos, que los mercados no conocen la realidad española, que es culpa de Grecia, que es culpa de Alemania, que es culpa del BCE, que ya hemos hecho nuestros deberes, que no hemos parado de hacer reformas, que hemos hecho más que Italia, que el potencial de España es enorme, que vamos a cumplir con nuestras obligaciones, que somos solventes, que la abuela fuma, etc ete etc y etc...a ver si de repetirlo se convierte en verdad...¡ pero no hay manera oye !. La realidad...la realidad es que en los últimos meses, en España, se ha tomado alguna medida económica en la dirección adecuada - aunque quizá con pasada en la frenada - como la reforma laboral; alguna medida claramente equivocada, como la subida del IRPF;  medidas que por el momento no son sino una declaración de buenas intenciones, como las exigencias presupuestarias a las CCAA;  se ha negado la evidencia, como sobre la situación de la banca; y... por  ahí, por ahí...no se me queda nada importante... se acaba la cosa. Desde hace ya muchas semanas al ejecutivo se le ha esfumado la imaginación reformadora y no hace sino repetir como una cotorrita lo mucho que ha hecho, y decir... noooo, ¡eso sobre mi cadaver! a las sugerencias hechas por quienes nos tienen que prestar el dinero. Como un  mal médico ante una gangrena, que dice al paciente que está muy mal, pero no se atreve a cortar por lo sano y va eliminando así a cachitos,  y al final la infección no deja nada vivo, siempre tarde y siempre mal. El problema no es solo de inacción sino también de comunicación. Rajoy y cía. están más centrados en deprimir a los españoles que en ganarse a los acreedores; sin duda, estrategia de Arriola. Nuestro Presidente además se está mostrando torpe en las relaciones internacionales, en claro contraste con Monti, quien poco a poco si está consiguiendo convencer al mundo de que va por mejor camino que España. Aparentes nimiedades como tener un idioma común para poder explicar las cosas personalmente, y tener amigos europeos a quienes poder explicarselo - dos cosas que tiene el presidente italiano pero no el nuestro - están resultando clave. Ojalá la solución fuese tan fácil como irse a pasar las vacaciones al Pueblo Inglés de Vaughan Systems en lugar del Xanxenxo de sus amores, o en abrir un perfil en Facebook; desafortunadamente no es así. Pero lo que si puede hacer D. Mariano es - y no por eso va ser menos machote - seguir con diligencia las sugerencias de nuestros prestamistas y organismos internacionales, por que al final todo eso se va a hacer si o si, pero además de verdad de la buena; la negación, mal que nos pese,  seguro que no es la solución.