domingo, 27 de mayo de 2012

El Mentidero de la Villla

Decepción tras la visita a uno de los restaurantes trendy de la temporada. Produce cierta perplejidad - y más en los tiempos que corren - ver como un restaurante totalmente olvidable llena con regularidad; el aparca se encarga de hacerte saber que Rajoy se ha quedado sin mesa en alguna ocasión. La decoración es un querer y no poder; poco material noble y demasiados detalles feos para enumerarlos. El ambiente; ruidoso y no especialmente selecto; algo frecuente en Madrid. La carta es breve - excepto para los entrantes - aunque suficiente. Los platos - tradicionales en su mayoría - bien presentados y correctamente preparados; pero sin cohetes. La bodega bastante completa, y el priorato elegido, excelente. El servicio, amable y atento, pero un tanto apresurado. Lo peor; un precio de lujo para un restaurante que solo intenta serlo. Lo mejor; la compañía...pero eso no lo ponía el local.