Es indudable que los promotores - Tiriac en concreto - se han dejado mal guiar por los puros intereses comerciales y no han probado, como deberían haber hecho, la superficie en algunos torneos menores. Pero Nadal, también se ha equivocado haciendo pública de forma tan airada su oposición a la superficie, y más al amenazar con no volver al torneo madrileño si no se cambia.
El Open no puede sobrevivir sin las grandes figuras, por lo que su presión es muy importante; pero el diálogo y la negociación a puerta cerrada hubiesen hecho que la corrección del error fuese más fácil, al no entrar en juego elementos de orgullos personales heridos; como va a ser el caso ahora. ¡Comentaremos el desenlace del entuerto de aqui en un año!
