La verdad es que Rato no tiene gran culpa; si acaso de no haber sido capaz de obrar el milagro. De lo que si tuvo culpa, y nadie lo recuerda, es de haber sido el iniciador de la locura inmobiliaria española. No le preocupaba que los pisos subiesen pues era señal de que los españoles eran "más ricos" decía. Él lo inició y los otros continuaron y alimentaron en quimérico desmadre. Ahora lo pagamos.
