jueves, 26 de julio de 2012

A la sombra de Grey

No son las recomendaciones del hombre del tiempo para huir del calor la semana, sino las palabras de psicólogos y sexólogos anglosajones que avisan de lo que ya ha pasado en Inglaterra y USA, y podría venirsenos encima en España - si no se toman las medidas urgentes pertinentes - ante el lanzamiento  de la versión en castellano del libro Cincuenta sombras de Grey; de la autora británica Erika James.  El libro, trending topic y best seller en todo el mundo, tiene como público objetivo - según la casa editorial - al de las  mujeres de entre 35 y 45 años; y ha sido etiquetado, me imagino que por razones comerciales de la susodicha casa , como porno para mamás. Según los comentaristas pertence al género de literatura erótica nivel máximo en la escala de torridez, es decir, mucho plano corto en alta definición. La obra, que también podría ser catalogada como de autoayuda para mujeres desatendidas, dicen que sirve tanto para un roto como para un descosido; así, a las féminas con la líbido como que no, las pone espumosas como el champán antes de llegar al final del capítulo, y a las que tienen la líbido en su sitio, las lleva al éxtasis delicuescente con solo abrir por la primera página...así, sin más requisito, ni ayuda, ni nada. Las  ventas han desbordado todas las previsiones en Inglaterra y USA,  lo que equivale a 20 millones de lectoras - peligro de recalentamiento global, braman los verdes - que absorven con fruición  las aventuras, mayormente sexuales, de una estudiante con un joven empresario de tendencias sado maso. Las escenas son aparentemente de lo más explicitas y detalladitas, lo que obligará a que la versión cinematográfica - que ya se está rodando - tenga necesariamente que ser domesticada ad usum delfini, si no quiere terminar castigada contra la pared en el rincón del porno duro del videoshop,  ¡y que aún así provocará polémica !...

Noticia de alcance: Parece que las última semanas de temperaturas especialmente altas en Inglaterra han terminado con inusuales lluvias torrenciales; para muchos no son sino una inaplazable ducha fría colectiva enviada por quien corresponda para aplacar lo que ya se estaba saliendo de madre.