domingo, 8 de julio de 2012

La dificultad de un buen libro

Esto de encontrar una buena novela se está conviertiendo en algo parecido a las buenas faenas de toros; que hay que tragarse toda un feria  para dar con algo interesante. Pero la culpa es de uno, por intentar descrubrir nuevos autores, en lugar de centrarse en lo ya conocido y dejar la búsqueda a los otros para no perder el tiempo. El caso es que eso tampoco es garantía de éxitto; pues si se sigue a la crítica, se corre el peligro de toparse con un libro como La naissance d'un pont de Maylis de Kerangal, al que en Francia han encumbrado hasta empachar, cuando no es sino un libro sencillamente malo, con argumento inexistente sacrificado a un anárquico y original, pero desafortunado y fracasado, ejercicio literario. Se podría pensar entonces que el consejo de la librera podría servir para encontrar algo apetecible, pero se corre el riesgo de que te recomienden Apocalypse Bébé de Virginie Despentes - nueva promesa de la literatura francesa y Premio Renaudot 2010 y de los lectores 2012 - vayas y lo compres, y te encuentres con una pobrísima imitación del peor Michel Houellebecq; en aburrido, con argumento desencajado, y desenlace de ponerse a reir por no llorar; cuya lectura solo debía valer como penitencia impuesta por desear a la mujer del vecino. Después del doble fracaso, nos queda acudir a un  nombre reconocido, como garantía de entretenimento, pero esto no siempre funciona;  Ken Follett, autor del palpitante Informe Pelícano y del sobrevalorado Los Pilares de la Tierra, debería garantizarnos una novela de espionaje minimamente interesante, pero no ocurre eso con Whiteout, un libro infame, cuya venta  debería estar prohibida y penada además con diez años de carcel, una especie de aventura de los 5 de Enid Blyton pero en intragable. Afortunadamente, Dios aprieta pero no ahoga, y al final he dado con na buena lectura; entretenida, bien escrita, plena de humor, agradable...se trata de The best exotic Marigold Hotel de Deborah Moggach; que nos decribe las vidas y pequeñas aventuras y desventuras  de los vejestorios residentes en un hotel residencia de Bangalore. El libro - del que se ha hecho una versión cinematográfica que no he visto para no estropear mi lectura, con la que coincidía -  no tiene más aspiración que el mero entretenimiento, aunque esconde buena literatura, y  solo tiene un pero; que se hace corto y nos deja con ganas de más.