Ternera al vino

Pues no es una receta de cocina del mediático Adriá o de casa de la abuela, sino el nuevo furor entre los gourmets franceses. La carne de vaca o ternera alimentada con vino - en concreto 2 litros al día -  que por el momento solo puede degustarse en algunos triestrellas hexagonales de lo más copetudos, tipo L'Arpège, y a precios de los que te espabilan para el resto del mes. La vianda parece que adquiere una textura especial, un sabor delicado, y un entreverado de la grasa tan único como su  precio. En realidad, no es sino ir un paso más allá que el ya famoso buey de Kobe que, como sabemos, además de los masajes diarios por la zona lumbar ofrecidos por sus dueños granjeros vestidos de geishas, se benefician de una dieta rica en cerveza. Parece que esto es un claro caso de win win en el que todo el mundo queda contento; el granjero por que le pagan mejor la carne, el restaurador por que ofrece un producto diferente que le permite mayor sablazo al cliente, el comensal por que tiene una anécdota para contar el resto de sus días, y la vaca por que va estar en el séptimo cielo durante toda su crianza. Nos surgen dos dudas: El tipo de vino a utilizar; pues no es lo mismo un Chateau Margaux Grand Cru que un Beaujolais nouveau cualquiera; y si la idea funcionaría en España. A lo primero, respondo que todavía no estamos en la etapa de los grandes vinos, aunque todo se andará. A sobre si podría ser una solución para nuestro excedente de Valdepeñas, diría que, al ser tendencia venida de Francia, puede tener éxito; si la idea hubiera sido española, ya digo yo que no. Hace años, alquien a quien conozco muy bien, ya intentó una cosa parecida, y la reacción de los grandes chefs  y restauradores españoles fué más que fria, especialmente ante el precio; en concreto alguno de ellos - de nombre Abraham y de apellido García, con restaurante por aquella época estrellado por Michelín, que ya no -incluso le espetó, hay que reconocer que con gracia,  "pero Vd se ha  vuelto loco con las vacas locas".